El Leeds United de Bielsa (y de varios españoles) vuelve a la Premier League 16 años después

Bielsa, durante un partido del Leeds.

El Leeds United, comandado por el especial Marcelo Bielsa, ha consumado hoy su regreso a la Premier League después de 16 años sin pisar la máxima categoría del fútbol inglés.

A los de Elland Road no les ha hecho falta jugar, ya que la derrota del West Brom en casa del Huddersfield (2-1) les da una ventaja de cinco puntos como mínimo, cuando a su rival le queda por disputar una sola jornada liguera.

Los de Bielsa, que pasó, entre otros, por el Athletic de Bilbao, tienen todavía dos encuentros pendientes en los que querrán terminar la temporada logrando el título de la Championship.

En el cuadro inglés hay una amplia representación española, con Víctor Orta como director deportivo, Kiko Casilla en la portería, Pablo Hernández en el centro del campo y el periodista Gaby Ruiz en el equipo de ojeadores.

«Me gustaría ganarnos el ascenso en el campo porque esta gente ha sufrido muchísimo«, admitía Orta a EL MUNDO durante el confinamiento, cuando su equipo lideraba la tabla y se debatía si retomar o no la competición.

Jako lanza las camisetas con que el SC Heerenveen celebra sus 100 años

SC Heerenveen, el equipo holandés que pareciera tener corazones en su camiseta (en realidad son nenúfares), celebra este año 100 años de existencia. Un hito especial que, por supuesto, se refleja en las camisetas que usará en la temporada 2020-21 de la Eredivisie.

Heerenveen 2020-21 Kits

Detrás del diseño de las equipaciónes está la marca alemana Jako.

Heerenveen 2020-21 Kits

El modelo titular del Heerenveen, no es necesario adivinar, luce su célebre franjeado en blanco y azul, con nenúfares rojos -en honor al reino medieval de Frisia- repartidos entre el torso y el dorso. Siete, por cierto, no es un número aleatorio en este look,  ya que siete elementos de la camiseta (franjas, cuello, etcétera) se inspiran en siete momentos históricos del club.

El viacrucis de Setién en el Barcelona

Quique Setién, con su asistente Eder Sarabia a la izquierda.

«El día que me vaya lo haré tranquilo». Y Quique Setién, sin brillo alguno ya en los ojos, relajó el gesto. Seis meses como entrenador del Barcelona han bastado para divisar el final del camino.

Las bromas y las risas fueron protagonistas en aquellos primeros entrenamientos pre-pandemia. Los futbolistas, entre el desconcierto por algunos ejercicios que poco tenían que ver con la práctica deportiva de alto nivel -mucho sorprendió el juego de la gallinita ciega de principios de febrero-, y la curiosidad por descubrir cómo su nuevo entrenador trataba de motivarles, cambiaron rápido su parecer. Del entusiasmo pasaron a la sospecha, con el asistente Eder Sarabia en el ojo de la huracán por sus maneras viscerales y campechanas. Y de la sospecha, al desagrado.

Incluso a la falta de respeto hacia los capataces en la última etapa. Hasta que la caseta se hizo trizas en Balaídos, allí donde el Barcelona se dejó media Liga, y también las ya escasas esperanzas de una convivencia al menos profesional entre una plantilla aburguesada e incontrolable por un presidente inmovilista, y un cuerpo técnico desbordado. «Ha habido situaciones puntuales difíciles de solventar», confesó el entrenador.

Josep Maria Bartomeu, presidente del Barcelona, se ha reunido dos veces con Setién en los últimos 18 días. En el primer encuentro, rodeado de los capitostes de la dirección deportiva -por mucho que sea el propio mandatario quien tome las decisiones-, le hizo saber al entrenador que no debía temer por su puesto. El pasado viernes, un día después de confirmarse la pérdida del título de Liga y del garrotazo posterior de Leo Messi a su entrenador -«desde enero va todo mal»-, Bartomeu trató de calmar al técnico. Pero también quiso cerciorarse, una vez pulsada la opinión del vestuario, de que Setién podría resistir hasta el final de la Champions.

Un poderoso Arsenal atropella al City y se mete en la final de la FA Cup

Aubameyang bate a Ederson para el 2-0 en Wembley.

El plan de Mikel Arteta destrozó la idea de Pep Guardiola y el Arsenal logró el pase para la final de la FA Cup, merced a dos goles de Pierre-Emerick Aubameyang en Wembley (2-0). Un mes después del contundente tropiezo en el Etihad Stadium (3-0), los ‘gunners’ impusieron su solidez defensiva ante un Manchester City que nunca supo traducir la posesión en peligro ante la portería.

«En la primera parte no estuvimos bien y sufrimos para jugar a nuestro nivel. No hace falta ser un genio para saber que tenemos que mejorar contra el Real Madrid», resumió Guardiola, en referencia al cruce de octavos de la Champions del 7 de agosto. «No hemos jugado bien, no estábamos suficientemente preparados. Somos humanos», añadió el ex preparador del Bayern, siempre fiel a sus convicciones. «De lo único que me arrepiento es de que no jugamos en la primera parte como lo hicimos en la segunda», ratificó.

Pese a la firmeza del técnico español, el doblete de Aubameyang ilustró la superioridad de un Arsenal que ha llegado al tramo final del curso en un formidable momento de juego. Si hace tres días tumbó al Liverpool (2-1) merced a otra gran actuación de sus centrales, en la eliminatoria copera aún incrementó más su nivel para sellar la 21ª final de su historia, récord absoluto del torneo.

Por contra, el equipo de Guardiola quedó muy lejos de lo que se espera de un defensor del título. Sólo uno de sus 16 disparos se dirigió entre los palos de Emiliano Martínez. Sus insistentes acercamientos por la zona central apenas inquietaron a Shkodran Mustafi y David Luiz. La firmeza del Arsenal se plasmó dentro del reglamento, ya que en todo el partido Jonathan Moss sólo les señaló cuatro faltas.